Tratamientos psicológicos
Trato los problemas psicológicos derivados de las desavenencias o conflictos interpersonales y de los eventos estresantes (tales como pérdidas o accidentes). Problemas que con el tiempo y ante ciertas circunstancias se pueden convertir en trastornos psicológicos propiamente dichos, tales como: las depresiones, los diversos tipos de ansiedades, las fobias, los trastornos obsesivos, la bulimia, la obesidad, la tartamudez, las disfunciones sexuales, problemas psicosomáticos,…
Los problemas y las dificultades en las relaciones interpersonales son el factor desencadenante de la mayoría de los trastornos arriba mencionados.
En ocasiones el tratamiento de dichos trastornos requiere medicación (cuando los síntomas son exacerbados), pero en todos los casos la psicoterapia resulta imprescindible para superar totalmente tales trastornos.
Enfoque hipnoterapéutico integrativo
Enfoque que no solo utiliza la hipnosis como herramienta, sino que es el enfoque que mejor permite una intervención psicoterapeuta ecléctica.
Hipnosis clínica
La hipnosis es aplicable en muchos campos en medicina, en los cambios de hábitos y en psicoterapia. En psicoterapia, permite determinar con rapidez el foco del problema.
La hipnosis facilita una visión amplia de lo que mantiene el problema psicológico y de los recursos para conseguir los cambios terapéuticos.
Hay que tener presente que la hipnosis está oficialmente reconocida como procedimiento psicoterapéutico, por lo que se deben descartar los eternos prejuicios respecto de la hipnosis.
Tratamientos psicosomáticos
Los problemas psicosomáticos, esto es, los factores psicológicos que influyen o causan ciertas enfermedades físicas (se excluyen las enfermedades infecciosas y las que comportan alteraciones anatómicas). La influencia de factores psicógenos es un hecho reconocido oficialmente (por la salud pública).
Hay que tener presente que la intervención psicológica o psicoterapeutica, es, además de importante como elemento de apoyo en la mayoría de las enfermedades físicas, imprescindible en la curación de ciertos trastornos físicos. Hay que recordar y resaltar que ciertos trastornos o afecciones son, en muchos casos, verdaderos síntomas de trastornos emocionales que se manifiestan al sufrir un estrés agudo o ante ciertas vivencias emocionales.
Algunas de las afecciones que con mayor frecuencia cumplen con la función de síntoma de los conflictos emocionales son: los trastornos funcionales digestivos (gastritis, intestino irritable), afecciones del sistema vascular, cefalea tensional, ciertas afecciones de la piel, dolor crónico… Es importante poner de relieve que dichas afecciones, cuando se convierten en síntomas psicológicos, pueden ser erradicadas con una apropiada psicoterapia.
Conflictos interpersonales
La mayoría de los problemas o trastornos psicológicos provienen de conflictos entre personas. No siempre la persona que sufre un trastorno va a poder relacionar dicho trastorno con el conflicto que ha padecido o padece con una persona de su entorno.
Tales conflictos quedan anclados en nuestra memoria y, después, van a condicionar nuestra o comportamiento. La psicoterapia consiste en trabajar con esos conflictos “escondidos” en nuestra mente inconsciente.
En algunos casos, la persona puede ser consciente de la causa, sin embargo, no puede liberarse del sufrimiento. Por eso, la psicoterapia no consiste en dar una explicación de lo que ocurre, sino en liberar a la persona de la tiranía de su entorno, todo ello, independientemente de que la persona haya sido consciente del proceso terapéutico.
Un conflicto puede ser suficientemente grave como para convertirse en trastorno. Trastorno que, según los casos, puede presentarse a nuestra conciencia en sus distintas modalidades: depresión, ansiedad, fobia, obsesiones,… Cada una de estas modalidades, simbolizan la causa del conflicto.
Hay que puntualizar que, cuando un trastorno data de muchos años, tal vez ya no sea necesario tratar la causa; en tal caso. se procede de otro modo, solo queda tratar los síntomas y los automatismos adquiridos.
Cambiar hábitos y conductas
También, la terapia (psicoterapia-hipnoterapia) la aplico para cambiar hábitos, conductas y expectativas que redundan en un perjuicio para la propia persona. Hábitos, conductas y expectativas que son el resultado de aprendizajes inapropiados y de creencias erróneas (lo que incluye ciertas creencias culturales).
Nuestras creencias y expectativas condicionan las conductas de nuestro quehacer diario. Son conductas condicionadas que van a generar hábitos de comportamiento, que si bien a veces resultan beneficiosos para la salud, en ocasiones dichos hábitos adquiridos nos perjudican sin que necesariamente estén originados por traumas o conflictos psíquicos. Distintos comportamientos de la vida diaria pueden quedar dominados por malos hábitos que nos perjudicarán a través del modo de comer, de dormir, de descansar o de planear nuestro ocio sin tener que acompañarlo de tabaco ni alcohol.
Experimentamos o vivimos los acontecimientos tal como los hemos concebido o según nuestras expectativas. Un ejemplo llamativo ocurre con muchas mujeres que padecen malestar y dolor físico durante la menstruación, o bien en el proceso del embarazo y en la experiencia del parto; dichas situaciones son experimentadas por estas mujeres tal como dictan sus expectativas, con malestar y dolor. Unas breves sesiones de hipnoterapia pueden reducir considerablemente el malestar y el dolor, e incluso eliminar totalmente dicho dolor como ocurre en muchos casos en los que se logra un parto sin dolor.
Por supuesto, ante cualquier malestar, primero se debe descartar los problemas de índole médico y, después, escrutar las expectativas que condicionan las personas. La dificultad radica en poder percatarnos de que estamos dominados por malos hábitos e ideas fijas.