La fobia (o el miedo) a los exámenes es tan común que te parecerá un miedo innato. No creo que haya miedos innatos, pero mucha gente puede creer que sí, como son las fobias a los insectos, a ciertos animales, a las alturas,… (los etólogos sostienen que los animales tienen miedos innatos para no verse indefensos al nacer, pero no creo que ocurra lo mismo en los humanos). Como ya dije en el artículo sobre las fobias, las hay aprendidas, simbólicas y de sugestión. La fobia a los exámenes es compleja porque en parte es simbólica y en parte es debido a sugestiones o autosugestiones.

Siempre hay un motivo para ponerse nervioso ante un examen, hay tantos motivos que das por sentado que tienes que ponerte nervioso y, por lo tanto, no te molestas en analizar la causa de dicho nerviosismo; en el caso de querer buscar la causa de tu miedo, fácilmente la encontrarás, aunque no sea la real. Al presentarte a un examen corres el riesgo de suspender. Debes preguntarte ¿qué ocurre si suspendo? La respuesta a esta pregunta, seguramente, estará relacionada con los perjuicios como consecuencia de un posible suspenso; perjuicios económicos, de trabajo o de suponer algún contratiempo. El temor a estos perjuicios como causa del nerviosismo ante un examen es lo que detectarás con mayor facilidad, aunque no sea el temor real. Algo más complicado es llegar, por ti mismo, a desvelar que tu miedo se debe a que tu prestigio social está en riesgo frente a un determinado grupo de personas. Imagínate tener que competir por la nota del examen con tus compañeros de estudio o con cualquier otro grupo de personas con las que te interrelacionas. Algo parecido ocurre con el miedo a decepcionar a algún miembro de tu familia o a la persona con quien mantienes una relación afectiva íntima. Pero a veces, tras analizar los motivos del miedo mencionados, no consigues descubrir la causa de tu miedo, en tal caso hay que presumir que tu fobia se debe a que a los resultados de tus exámenes les concedes la propiedad de valorar tu persona, es decir, el resultado de un examen ya no indicaría lo que has estudiado para dicho examen, sino tu valoración como persona. Hay que suponer que esto es cierto, sobre todo, cuando tu miedo es exacerbado, lo cual confirmaría que tu miedo es fóbico. Hay que añadir que cuando la ansiedad ante un examen, además de su marcada intensidad, es recurrente a lo largo de tu vida, será un buen indicativo de que el miedo al examen significa para ti el miedo a ser valorado como persona. De este modo, la fobia al examen se asemeja al miedo escénico (ver el artículo sobre el miedo escénico).

Cuando el miedo al examen significa miedo a la valoración personal, su tratamiento psicológico se vuelve complejo. Seguramente, dicho miedo abarca otros ámbitos de tu vida, es decir, no se limita a la situación del examen; estas son las ocasiones en que, consciente o inconscientemente, evitas los ambientes que te recuerdan el riesgo de ser valorado o juzgado. En los casos del miedo a la valoración personal, las excusas o justificaciones para rebajar el miedo al suspenso no te servirán. Recuerda tus justificaciones ante un examen que no habías preparado adecuadamente. Necesitas como sea aminorar los efectos de la frustración a consecuencia del suspenso, algo que puedes conseguir si las repercusiones del suspenso son de índole económico, como son la pérdida de un trabajo, no aprobar las oposiciones, el tiempo y el dinero requerido en tener que repetir un examen,… No digo que sea fácil aminorar dichos efectos, pero seguro que de modo consciente intentarás justificar las razones que te han impedido estudiar lo requerido para el examen; y en el supuesto de verte preparado, también necesitarás pensar en cómo amortiguar los nefastos efectos psicológicos de un posible suspenso. Pero cuando se trata del miedo a la valoración personal, no hay modo de calmar o paliar los posibles efectos del suspenso, porque esto último significa un fracaso para tu persona.

Tratar el miedo a la valoración personal requiere psicoterapia, ya que, seguramente, sea un miedo que sufras desde hace mucho tiempo y, además, lo padeces en distintos ámbitos de tu vida. Suele ser un miedo inconsciente, por lo que te será difícil reconocerlo y aceptar que necesitas ayuda. Recuerda que dicho miedo no significa ser menos inteligente ni valer menos.

Pero tengo que añadir algo importante a la hora de tratar el miedo o la fobia a los exámenes. Quiero mencionar lo que yo llamo ”la terapia a través de la experiencia”. Una terapia muy apropiada para este tipo de miedo, sobre todo cuando se trata del miedo a la valoración personal. Esta psicoterapia consiste en que lo que vayas a exponer, en este caso unos conocimientos que plasmas en un papel, se convierta en algo tuyo, algo de tu propia experiencia, de tal modo que los conocimientos dejen de pertenecer a alguien que consideras superior a ti. Para conseguir éxito en el objetivo mencionado puedes, por ejemplo, leerte un capítulo o parte de él, luego, con el libro cerrado, escribir todo lo que la lectura del tema te ha suscitado. No pretendas hacer un esquema, escribe como si relatases tu último viaje. El tiempo que dedicas a tu primera lectura del tema objeto de estudio antes de escribirlo, así como el momento que consideras apropiado para empezar a escribir lo leído, dependerá de una serie de circunstancias; aunque lo mejor es no esperar o no pretender recordar de memoria lo que acabas de leer; no dependas de tu memoria fotográfica ni auditiva. En lugar de escribir el tema leído puedes comentarlo con un compañero. De lo que se trata es que lo que leas forme parte de tu propia experiencia, que sientas que te pertenece.

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