Autoestima es un término para designar un concepto que supuestamente es aceptado y comprendido por todo el mundo, sin embargo, siempre he pensado que el uso de dicho termino llevaba a incurrir en un error de concepto. Si buscas el significado de “autoestima” en el diccionario te encuentras lo siguiente: “consideración u opinión favorable que se tiene de uno mismo”; una definición correcta y aceptada por todo el mundo. Pero, el error radica al considerar la autoestima como una carasterística o rasgo de personalidad. El grado de autoestima de una persona no es un rasgo de personalidad sino un estado, esto es, si hablamos de baja autoestima, sería el resultado de experiencias que te han provocado desánimo, te han infundido algún miedo social, te han rebajado ante una persona o te han hecho sentir fracasado en tus autoexigencias. En cambio, la autoestima alta sería el resultado de experiencias en las que alcanzas tus expectativas en los éxitos profesionales o sociales y en las que te sientes valorado por los demás.

Desde hace muchos años hago frente a ese error o confusión, cuando las personas que me visitan refieren que tienen baja autoestima -así lo sienten o alguien les ha convencido de ello-, entonces, siempre, a modo de sentencia, respondo: “la autoestima no es una causa sino una consecuencia”. Con esta sentencia quiero dar a entender que la autoestima no es algo que te falta o te sobra. Si te digo que tienes autoestima, podrías interpretarlo como ser menos que otras personas que sí la tienen; de ese modo considerarás que careces de algo valioso para tu persona, una creencia que te hará acomplejarte.

Si tomamos como buena la definición del diccionario apuntada más arriba, entonces, la autoestima guarda relación con tu estado de ánimo, con lo satisfecho que estas contigo mismo y eso revierte sobre la imagen que tienes de ti mismo. Y ahora tocaría preguntarte por las circunstancias que te aportan satisfacción, porque como consecuencia te harán sentirte con la autoestima alta. De ahí que la autoestima se relacione con el desánimo o depresión (ver artículo sobre la depresión) y con la ansiedad (ver los artículos sobre la ansiedad). Sin embargo, podrías argüir que hay personas que las consideras apocadas o tímidas, que te consta que se consideran inferiores, y sin embargo, a pesar de ello, también se las nota contentas en diverssas ocasiones. Yo estoy de acuerdo con este último argumento. Este argumento podría significar que tener la autoestima baja resulta ser una característica propia de la persona, y por lo tanto no guardaría relación con el estado de ánimo de dicha persona. Tengo que decir y aclarar que, la autoestima siempre guarda relación con el estado de ánimo, ahora bien, es verdad que lo que caracteriza a una persona tímida es una imagen de si misma de poca valía frente a los demás, lo cual supone atribuir a esa persona un rasgo psicológico. El tímido adquirió, aprendió o introdujo esa autoimagen de poca valía debido a sus experiencias sufridas años atrás (ver artículo de la timidez). Las experiencias que te hacen sentirte frustrado por no poder defender tu valia, tu criterio o tus intereses crean una determinada imagen de ti mismo. De hecho, todas tus experiencias de logros, frustraciones y relaciones significativas interpersonales repercuten en la construcción de la imagen de ti mismo. Para que una imagen negativa de uno se mantenga en el tiempo dependerá del dolor y del miedo vivido, especialmente en las relaciones interpersonales.

Si consideras que tienes baja autoestima, no significa que careces de algo que otros tienen y tú no. Si te notas con baja autoestima puede ser un asunto circunstancial, algo te ha desanimado, habrá que averiguar la causa. También puede ocurrir que sientas que siempre te has considerado así, con baja autoestima o con una autoimagen de inferioridad, en este último caso también hay que averiguar la causa. Por eso, de nada sirve que te digan que tienes baja autoestima, sino que hay que trabajar sobre lo que te ha acontecido o bien sobre el modo tuyo de comportarte y sentir habituales. De nada sirve que te digan que no te quieres a ti mismo, porque todo el mundo se quiere a si mismo, pero ocurre que cuando sufres una frustración, bien por un hecho ocasional o bien por un comportamiento recurrente tuyo, la sensación que experimentas es la de “no quererte a ti mismo”. Seguro que has oído esa expresión: “lo que te pasa es que no te quieres a ti mismo”; esa es una interpretación o explicación que no puedes aceptar.

No creo que el concepto de autoestima sea operativo, no sirve para ayudar sino para confundir y crear mayor complejo de inferioridad. Si te dicen que tienes baja autoestima te sentirás inferior, con poca valía; eso no te ayuda a superar tu complejo, tu retraimiento o tu desánimo. Es preferible usar los conceptos de desánimo y de timidez (ver artículos sobre depresión y sobre timidez).

Si usas el termino de “autoestima” para referirte a la imagen que tienes de ti mismo, ten presente lo apuntado arriba y no confundas estado con rasgo, porque la idea de rasgo da la sensación de algo inmutable.

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