Pienso que ya sabes que engordar se debe a comer en exceso, mal y a destiempo. Hoy en día hay suficiente información para poder elegir los alimentos que te convienen y en qué momentos comerlos. No se trata de seguir dietas sino de cambiar los hábitos alimentarios, así como de comer mucho por el día y poco por la noche.

Sin embargo, mantener una disciplina para cambiar los hábitos y seguir las instrucciones arriba mencionadas, tal vez te resulte difícil. Y seguro que adivinas que la ansiedad no ayuda a ese cambio de hábitos en relación al comer sano.

Así es, la ansiedad te lleva a comer en exceso, a comer cuando no te hace falta, a no interesarte por procurarte buenos nutrientes y a ingerir los alimentos ricos en grasas nocivas y azucares.

Tu igual que cualquier otra persona utilizas la comida para un sin fin de cosas además de la necesidad de alimentarte; yo lo llamo el uso psicosocial de la comida. Utilizas la comida para reunirte con gente, para distraerte, para premiarte, para calmar el dolor o la frustración y para castigarte o sabotearte.

Como ves, la comida la usas para todo.

Si tiene un problema en relación con la ingesta de alimentos, tenemos que averiguar de qué se trata. Si es una cuestión de hábito será fácil tratarlo, incluso que haya alimentos que creas que no podrás prescindir de ellos.

Si piensas que tienes que eliminar de tu dieta un alimento en concreto y compruebas que no puedes imaginarte sin él, hazme caso, no te esfuerces voluntariamente o no te obligues a eliminarlo rápidamente, sobre todo si esa decisión te provoca ansiedad. No es cuestión de voluntad a la hora de cambiar un hábito, sino de permitir reestructurar las apetencias alimentarías. Los hábitos no tienen porque responder a un problema psicológico, pero sí responden a una estructura de premios y significados, estructura construida a lo largo de la vida y modelada por tu cultura y tus experiencias.

Tus costumbres y hábitos no son fáciles de cambiar a menos que una parte tuya note o se le indique que es importante hacerlo, importante para la salud, importante para tu bien estar. Por eso lo primero que hago es estimular esa parte interior sensible a tu salud y a tu bien estar.

Si el problema de la ingesta de comida no radica en un hábito sino en la ansiedad, entonces tendré que averiguar el asunto que en tu vida te lleva a usar la comida como ansiolítico y/o como auto sabotaje.

Cuando el problema es debido a la ansiedad la terapia se vuelve un poco más complicada, no porque no pueda hallar la causa del trastorno, sino porque en estos casos te puedes encontrar menos motivado para mantener la terapia. Pero te digo que, si no abandonas la terapia rápidamente, valdrá la pena tu esfuerzo, lograrás un cambio inesperado en tu vida.

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