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Quiero aclarar los conceptos correspondientes a esos tres términos y, también, exponer lo que vale la pena saber o tener en cuenta respecto de dichos términos. No te vas a encontrar ninguna definición precisa y definitiva sobre el concepto de hipnosis, aunque estoy de acuerdo en intentar dar una explicación aproximada y practica sobre las ideas que representan dichos términos.

Como ya he dicho, sin pretender alcanzar una explicación totalmente exacta, te diré que la hipnosis o el estado hipnótico es un estado de conciencia que no se nutre de los sentidos tal como lo hace el estado de vigilia. Cuando estas despierto tus sentidos captan los estímulos del medio en el que te mueves en ese momento, en el estado hipnótico lo que captas es lo que te aporta tu memoria, es una mirada hacia adentro, hacia tu inconsciente o subconsciente -para mí, ambos términos son sinónimos-. El estado hipnótico es dimensional, esto es, abarca desde el “estar en las nubes” o distraído hasta el estado “sonambulistico”, que es cuando tu mente o conciencia se encuentra en otro lugar y en otro tiempo, o sea fuera del momento presente. Con esto te quiero indicar que la hipnosis no es un estado concreto de conciencia, hay distintos grados. Muchos de esos grados los puedes alcanzar de modo natural, sin necesidad de que alguien dirija tu inducción hipnótica. Mientras estás despierto, sin darte cuenta, puedes entrar en cierto grado de trance hipnótico; hago incapie en esto para poner de relieve que la hipnosis es un estado o proceso natural. En la consulta, lo que hago es dirigir y utilizar el estado hipnótico para conseguir una mayor eficacia terapéutica.

Puedes alcanzar un estado hipnótico y a la vez darte cuenta de lo que ocurre a tu alrededor, el trance hipnótico no tiene que ser siempre profundo hasta el punto de estar totalmente ausente de tu realidad inmediata; en muchas ocasiones, un estado ligero es suficiente para lograr buenos efectos terapéuticos o cambios de conducta deseados.

También tengo que pronunciarme en relación al clásico mito en torno de la hipnosis, esto es, la creencia de que el hipnotizador controla la mente y la voluntad del hipnotizado. El temor a perder la voluntad al estar bajo hipnosis es algo muy arraigado. Bajo hipnosis eres más sugestionable, pero no significa que vayas a hacer o decir cosas en contra de tus principios morales, además, si tu subconsciente necesita en esos momentos guardar, por un motivo u otro, ciertos secretos, el hipnotizador no conseguirá con meras sugestiones que el subconsciente desvele dichos secretos; ello requiere un arduo proceso terapéutico o hipnoteapeutico.

Otro mito clásico es que el trance hipnótico te puede desencadenar un trastorno psicológico o brote psicótico. Todo lo que ocurre bajo hipnosis puede ocurrir en estado de vigilia. El trastorno que se despierta durante el proceso psicoterapéutico es porque el sujeto ya sufre dicho trastorno, aunque sea de modo enmascarado. El estado hipnótico no reviste peligro alguno, no despierta nada que no sea inherente al sujeto hipnotizado, lo único que puede ocurrir es que se haga manifiesto lo que subyace en el sujeto, con lo cual podría despertar cierto grado de ansiedad; por eso conviene que la hipnosis sea manejada por profesionales de la salud conocedores de los posibles trastornos psicológicos.

Es verdad que la hipnosis tiene muchas aplicaciones, no únicamente en el campo de la psicoterapia. Su aplicación abarca muchos campos, la medicina, el cambio de hábitos, el deporte… Para utilizarla con eficacia conviene tener muchos años de práctica y, a ser posible, conocer la mente humana; pero como ya he dicho, si la aplicamos para tratar trastornos psicológicos, eso queda reservado para psicólogos y psiquiatras.

La hipnosis es conocida desde siempre; utilizada en todas las culturas para distintos propósitos, como son los mágico-religiosos; aunque no ha tenido la concepción actual hasta la segunda mitad del siglo XIX, para poco a poco ser incorporada al ámbito psicoterapéutico.

Como ves, la hipnosis, algo consustancial a la mente humana, se le da una utilidad beneficiosa para el ser humano; cuando la utilidad se aplica al campo de la medicina y de la psicología, hablamos de hipnosis clínica y de hipnoterapia; para mi ambos términos pueden ser sinónimos; aunque si quieres matizar, la hipnosis clínica hace referencia al ámbito de la salud en general, la hipnoterapia se ocupa del tratamiento de los trastornos psicológico, o sea, lo reservado para psicólogos y psiquiatras.

La hipnoterapia es lo que uso a menudo en mi consulta, como ya he mencionado en otro artículo (ver artículo “Hipnosis, herramienta o modelo psicoterapéutico”). Para mi la hipnoterapia es algo más que la simple aplicación de la hipnosis a un enfoque cualquiera, con el paso del tiempo se ha convertido en todo un modelo o enfoque psicoterapéutico. Cabe decir que el modelo de la hipnoterapia es el modelo ecléctico, porque el uso de la hipnosis me ha llevado a ser ecléctico; lo que significa conocer los fundamentos de distintos enfoques psicológicos tales como el psicodinámico, el conductista y el sistémico, por citar los que conozco y considero más importantes.

Al trabajar con la hipnosis interactuas con el subconsciente mediante elementos y códigos relacionados con esos enfoques que acabo de mencionar. Tu subconsciente lo sabe todo acerca de ti, por eso trabajar en psicoterapia directamente con él facilita el trabajo terapéutico, la hipnosis permite ese contacto directo con tu subconsciente. Siempre se ha dicho que lo que consigues bajo hipnosis también puedes lograrlo en estado de vigilia, eso es verdad, pero también es verdad que el enfoque hipnoterapéutico permite sortear dificultades y encontrar el foco del conflicto con mayor facilidad o rapidez.

Sin embargo, hay algo importante que añadir, para tener éxito con la hipnoterapia se requiere muchos años de práctica con la hipnósis, la mera aplicación de la hipnosis no basta, los conocimientos de los modelos psicológicos y de los trastornos psicológicos deben ser amplios. Por eso, para tratar cualquier trastorno psicológico busca un psicólogo especializado en psicoterapia que conozca bien su propio enfoque, aunque no sea el hipnoterapéutico.

 

JOSE CANO

Soy psicólogo clínico, psicoterapeuta e hipnoterapeuta. Desde hace 27 años, trato los problemas psicológicos de los adultos. Mi orientación psicoterapeuta es ecléctica, aunque soy especialista en “Psicoterapia Dinámica Breve” (enfoque fundamental para entender y tratar los trastornos emocionales) y soy miembro de la “Sociedad Hipnológica Científica”.

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