Que la timidez es la incomodidad y la ansiedad que sientes en las relaciones sociales es algo que todo el mundo sabe y sobreentiende. Pero no se trata de hablar de las consecuencias sino de las causas de dicha timidez, y sobre todo de trabajar con estas últimas. No se define la timidez según sus consecuencias sino según sus causas. Las causas de la timidez es lo que ocultas a los demás consciente o inconscientemente. Puede que ocultes un complejo o un sentimiento tuyo. Para llamar a tu trastorno timidez, lo que quieres evitar que vean de ti, normalmente, tiene que ser algo que lo llevas en tu interior desde hace mucho tiempo.

Puede que me digas que no sabes lo que ocultas de ti, lo único que sabes es que te sientes inferior o que vales menos que otros. Yo te contesto que eso es consecuencia de lo que ocultas a los demás y, seguramente, también de lo que ocultas a ti mismo.

Quizás quieras saber si esas dificultades a la hora de relacionarte son debidas a faltarte habilidades sociales, habilidades sociales que se podrían aprender, y una vez aprendidas terminarías con el problema de la timidez.

A lo anterior intentaré contestarte con brevedad porque hay mucho que comentar al respecto.

En buena parte la falta de habilidades sociales (aquí no puedo profundizar sobre el concepto “habilidades sociales”, será un tema para otro artículo) es debido a la timidez. La timidez te impide estar con la gente, evitar la gente te lleva a no tener la oportunidad de adquirir habilidades sociales.

Yo siempre defiendo que si superas tus miedos consigues despertar el arte que llevas dentro, que todos llevamos dentro.

Si no tienes miedos desarrollas tus propias habilidades sociales, desarrollas tu propia simpatía, simpatía que te permite caer bien a la persona por la que sientes verdadero interés.

La incomodidad y la ansiedad ante los demás no es debido a desconocer las habilidades sociales pertinentes, sino a la timidez; y la timidez, como ya he mencionado, es el temor a que la gente descubra algo de ti que pueda provocar rechazo.

Quizás quieras añadir que no siempre te sientes incomodo con la gente, solo en ciertas ocasiones, solo en ciertos contextos. Te respondo que los contextos siempre nos condicionan y que en estos casos vale la pena averiguar lo que en ese contexto en concreto te causa temor; Aquí no hablamos de timidez, pero vale la pena tratar ese miedo que sufres de modo recurrente en dichos contextos.

Todos tenemos miedo al rechazo, con lo cual es normal que en ciertas ocasiones notes la sensación de timidez ante ciertas personas en concreto. Esto no significa ser tímido, ser tímido sería notar la incomodidad de modo generalizado. Aunque, como ya he dicho, conviene que te trates el miedo o la incomodidad de esas situaciones concretas,

Entonces, tal vez te preguntes, ¿qué son esas habilidades sociales de las que tanto se habla? ¿hay algo que aprender en relación a ellas?

Si te refieres a aprender modos de comportarse ante situaciones para conseguir algo, como para ser admitido en una empresa o como para conseguir que se fijen en ti con la finalidad de obtener un objetivo, en tal caso es posible que haya algo que aprender. Pero entonces no estarías hablando de vencer la timidez, no estarías tratando el miedo a sufrir el dolor del rechazo.

Con lo que acabo de mencionar quiero resaltar y hacer hincapié en la diferencia que existe, entre adquirir habilidades sociales con el fin de conseguir ventajas sociales y tratar la timidez, timidez que consiste en sufrir miedo al rechazo afectivo.

No sé si las técnicas para parecer más atractivo son totalmente eficaces (es algo que trataré en un posterior articulo). Si lo que quieres es ser aceptado y no sufrir el dolor del rechazo, lo mejor es sentirse y mostrarse uno mismo. Pero me puedes preguntar qué es eso de “ser uno mismo”, qué es y cómo se logra.

Si te digo: “sé tu mismo”, seguro que intuyes lo que es, no tener miedo a expresarte, no tener miedo a mostrarte…

En definitiva, lo que defiendo es que, cuando no temes nada a la hora de exponerte a los demás, tendrás más posibilidades de ser aceptado o correspondido por las personas por las que profesas interés y más posibilidades de ser atractivo en aquellas situaciones en las que buscas una ventaja social.

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